Furiosa está tan presente como Max, o más, en la portada. Es por algo. |
“Mad” Max
ha vuelto. Después de tantos años vagando por los confines del desierto
postapocalíptico ha encontrado el camino de vuelta a la gran pantalla (aunque
lo mismo podíamos decir que han hecho la película de Imperator Furiosa con
“Mad” Max como estrella invitada porque el protagonismo es compartido en esta
historia).
Siguiendo
la dirección de la trilogía original nos encontramos un mundo cada vez más
acabado (si no recuerdo mal el mundo de “Mad Max” era bastante menos
apocalíptico que el de “Beyond Thunderdome”), lleno de personajes grotescos y
extravagantes, cutrecnología sorprendentemente funcional y la decadencia
absoluta de la moral y civilización.
Por este
paisaje desolador vaga Max, atormentado por los fantasmas de las tragedias pasadas,
pero vaga durante los dos primeros minutos porque a partir de ahí le caen encima los
chicos de Inmortan Joe (el malo de todo esto) y le empiezan a llover palos.
Durante la primera media hora Max es una mezcla de punching-ball, mascarón de proa y bolsa de transfusiones que ríete
tú de John McClane.
Por
suerte se ve envuelto (como mascarón de proa, insisto) en la persecución de
Imperator Furiosa, renegada de las tropas de Inmortan Joe, donde aprovechará
para escapar y unirse a ella en su huida.
Una imagen que resume muy bien la película. |
La
película podríamos decir que es una road-movie
pero realmente es una chase-movie
porque se trata de una persecución, no de un viaje, de dos horas. ¿Agotador?
Depende de gustos. Es una película de acción al estilo Rockatansky, es decir,
con una plétora de vehículos, a cual más imaginativo, en eterna persecución,
colisión y explosión.
Por
supuesto la historia se ve aderezada con pensamientos acerca de la
supervivencia, la libertad, el hogar, la esperanza, la redención, el poder de la
religión (o de la fe, que no es lo mismo), incluso hay una tormenta espectacular
que me hizo pensar en el cambio climático y estoy seguro de que no se puede
usar la expresión “destino manifiesto” sin una intención política detrás.
Vamos, que la historia tiene una cierta enjundia para tratarse de una peli de
acción pura. Quizá no sea la más profunda reflexión acerca de la naturaleza
humana pero tampoco es, ni mucho menos, tan boba como muchas de las cosas que
se pueden ver por ahí.
A los puristas
os diría que me pareció que sí que mantenía el legado de “Mad” Max de una forma
bastante digna, no como muchos de los remake
y reboot que hemos visto en los
últimos tiempos. Esta película no acaba de encajar en ninguno de esos conceptos
siendo, sencillamente, la cuarta película de la saga (ojo, que parece que
vienen unas cuantas más). No en vano es el mismo director de las anteriores por
lo que el estilo es, lógicamente, similar.
Kablooie!!! |
Técnicamente
agradecí que los colores fueran vivos y la imagen vibrante, muy alejada de la
apagada “Exodus” por poner un ejemplo, y también que la acción se narrara de
forma clara, no con una cámara temblorosa, pegada a la nariz de los actores y
en planos de una décima de segundo.
En estos
aspectos no inventa mucho, pero eso resulta todo un acierto.
Y para ir
acabando, ¿resulta divertida e interesante? Como ya dejaba caer
anteriormente, va a depender de los gustos. Hay mucha, mucha acción, así que
nadie se puede llevar a engaño acerca de lo que vamos a ver. No es la acción más
realista, ni lo intenta, ni falta que le hace. Esto es un espectáculo y así hay
que tomársela. No es “Saving Private Ryan”
es “’Mad’ Max” y lo que hace, lo hace bien. Recomendada.
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