Simple, pero sorprendentemente entretenido. |
Como la vida está un tanto
achuchada, hace ya un tiempo que a los videojuegos les puedo dedicar ratos de
una media hora, y eso si hay suerte. Acabar obras, por interesantes que sean,
como los “The Witcher” o “The Elder Scrolls” (mejor “The Witcher”, si os
interesa mi opinión), me llevaría una vida y resultaría poco práctico, así que,
de momento, voy derivando hacia juegos menos exigentes en cuanto a tiempo, y
ahí entran los casual games o jueguecillos
de pasar el rato, en román paladino.
Pues bien, en este campo entran
pequeñas joyas como “One Finger Death Punch”, ya comentado anteriormente, o el
que ahora nos ocupa “Cook Serve Delicious”, que pone a nuestra disposición la
cocina de un restaurante, al que deberemos llevar a las más altas cotas del prestigio
culinario.
¿Cómo hacerlo? ¿Vemos todos los
programas de Chicote? ¿Nos apuntamos a la escuela online de MasterChef? Mucho
mejor, cómodamente sentados con nuestro teclado (o mando, lo que prefiráis).
La mecánica de todo esto es muy
sencilla. Comenzamos con un restaurante vacío y unos dólares para comprar unos platos.
Con el presupuesto inicial sólo podremos empezar con lo más básico (nada de
vino y langosta) pero, aun así, tendremos suficiente dónde elegir.
Cada día podremos seleccionar
nuestra oferta de entre los platos que hayamos comprado, teniendo en cuenta que
hay diversos factores que afectarán positiva o negativamente a la popularidad
de nuestro restaurante (lo que hará que venga más o menos gente). Algunos de
estos factores son la repetición de platos en días sucesivos (se cansan de verlos
y se van a otro restaurante), que llueva o no (hay recetas que se piden más los
días de lluvia), ofrecer platos más o menos saludables, etc.
Una vez acabadas estas gestiones,
extremadamente sencillas, pasamos al meollo del asunto. Abrimos el restaurante
y nos lanzamos a cocinar.
De momento sólo 4 comandas a la vez. Fácil. Cuando empiezan a ser más el argumento se complica... |
Estamos en nuestro restaurante. A
la izquierda de la pantalla tendremos una lista de las comandas que van
entrando de nuestros clientes. De entre ellas podemos seleccionar la que
queramos preparar pero, cuidado, los clientes tienen una paciencia finita y, si
les hacemos esperar demasiado, se irán a otro sitio donde atiendan mejor.
Una vez seleccionada la comanda, se
nos especifica qué receta en concreto quiere el cliente, porque cada plato
puede tener varias recetas distintas, y se abre a nuestra derecha la ventana de
cocina con la lista de todos los ingredientes disponibles para el plato (y eso
incluye todos los de todas las recetas distintas para dicho plato, o sea, que
la lista puede ser bastante más larga de lo necesario para nuestro caso). Cada
ingrediente tiene vinculada una tecla para añadirlo al plato. Así de sencillo.
Algunos platos pueden tener varios
pasos; como las hamburguesas, donde primero hay que cocinar la carne y luego
montar todos los ingredientes; o requerir un orden concreto, como la lasaña,
donde tenemos que apilar los ingredientes en un orden lógico ([pasta + salsa +
queso + parmesano] (x3), si no recuerdo mal).
Si no cometemos ningún error será
un plato perfecto y subirá nuestra reputación, además de mejorar la posibilidad
de propina, si cometemos un pequeño error se considerará un plato mediocre y,
bueno, saldremos del paso sin mucha queja, pero si el error es grave será un
mal plato, el cliente se marchará enfadado y bajará nuestra reputación.
Como veis, montar una buena
lasaña es tan fácil como pulsar:
p + s + c + r + p + s + c + r + p + s + c + r +
[Enter]
Pero esto no es tan fácil como
parece cuando se te empiezan a acumular las comandas en las horas punta de la
comida y la cena, y nada, nada, fácil cuando aún no te sabes de memoria los
ingredientes y sus teclas asignadas.
¿Y si la lasaña la piden con
carne, vegetales o mixta? Pues ya hay pequeñas variaciones en los ingredientes
que tendremos que controlar para poder acabar un día medianamente exitoso.
Y para que todo sea más divertido,
irán apareciendo pequeñas tareas, como limpiar los servicios o fregar los
platos, que nos penalizarán si no las conseguimos realizar a tiempo.
Abajo, la receta. A la derecha, los ingredientes.
En ese caso: T + C + P + M + [Enter] |
Al final del día tendremos, a
buen seguro, un montón de dinero acumulado que podremos gastar en comprar
platos distintos y mejorar los que tenemos, lo puede aumentará su número de
ingredientes y número de recetas distintas, pero también el dinero que cobramos
por ellos.
Además podemos comprar pequeñas
mejoras para nuestro local, como el lavavajillas o el servicio de comida para
llevar.
El restaurante irá progresando
conforme vayamos cumpliendo unos requisitos predefinidos para ganar una nueva
estrella, lo que abrirá más huecos para comandas (lo que nos dará más clientes
y más dinero, pero también más presión y dificultad) y la posibilidad de añadir
más platos distintos en nuestro menú diario (lo mismo que en el caso anterior).
Esa es la dinámica básica aunque
también hay eventos especiales, al margen del día a día del restaurante, con
los que podemos ganar más dinero, equipamiento o incluso el amor.
Resulta sencillo, pero la pregunta
que tenemos todos en mente es, ¿resulta entretenido?
Mucho, aunque la parte de gestión
es tan simple que igual no merece ser llamada “gestión” y el juego en sí no es
muy distinto a aprender mecanografía (ir pulsando las teclas correctas, a la
mayor velocidad posible, mientras vas leyendo las comandas), la verdad es que
resulta bastante entretenido. Los días son cortos (seis o siete minutos), la
acción constante y siempre es emocionante intentar conseguir el día perfecto
(que además te da un pequeño bono económico).
Evidentemente no es un juego con el
que pasarte toda una noche (para eso está “Civilization”) pero ya le habré
echado unas doce o trece horas y me sigue resultando igual de divertido que al
principio, o incluso más, porque el principio resulta bastante sencillo.
Mientras entrenáis la rapidez
visual y coordinación podéis pasar un buen rato haciendo de cocinillas sin
tener que mancharos de harina.
Esto, sumado a que lo compré a
menos de 1 € (¡esperad siempre a las ofertas!), hace que “Cook Serve Delicious”
sea una jugada redonda que recomiendo a quien quiera jugar un rato poniendo a
prueba sus reflejos y sin muchos quebraderos de cabeza.
Quitando que no tiene nada que ver la mecánica ni la temática, la explicación de la falla me ha recordado a "Mad TV", otro grande donde los haya con muchas horas de diversión (o que eran otros tiempos y no había nada mejor).
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