domingo, 16 de octubre de 2016

Dead Space

El diseño de la máscara es toda una seña de identidad.


‘Dead Space’ es una serie de (por el momento) tres videojuegos de acción y terror con ambientación futurista que no puedo sino recomendaros. Los dos primeros entran en el survival horror y el tercero está más orientado al shooter.

Todo comienza cuando un equipo de rescate llega a la astronave minera USG Ishimura y son masacrados por necromorfos, los cadáveres reanimados y grotescamente mutados de la tripulación. Pocos sobreviven, pero ahí entra Isaac Clarke1, ingeniero y nuestro héroe para reparar lo que se pueda de la nave y salir corriendo.
Luego resulta que estos fenómenos se dan por el descubrimiento de los ‘marcadores negros’, una especie de monolitos relacionados con la Unitología, una religión con más influencia que el Papa de Roma, que hará la imposible por recuperarlos y activarlos para llevar a la humanidad a un siguiente paso evolutivo que, por algún motivo, siempre parece tener que ver con la muerte, la destrucción y las repugnancias varias. Por suerte Isaac siempre está en el sitio adecuado y en el momento oportuno para verse envuelto en estos planes y frustrarlos, aunque con gran coste para su salud mental, física y social.


Después de ser acosado por su novia muerta, cientos de necromorfos y visiones extrañas, la cordura cae en picado... pero os remito al comentario acerca de la resiliencia.


En la primera entrega el objetivo básico es sobrevivir, en la tercera ya incluye la conspiración a escala universal (en el sentido más estricto de la palabra) lo que, siendo un concepto bastante difícil de abarcar, me resulta menos interesante que la mera supervivencia. Al fin y al cabo la paz mundial, deseable como es, no resulta un concepto tan fascinante como si el del quinto se ha liado con la vecina de enfrente. Quien mucho abarca poco aprieta, supongo.

De todas formas la fuerza de estos juegos no está en el guion y, temáticamente, se le puede sacar mucha punta. Como ya he dicho en otras ocasiones, lo mejor que puedo decir es que la historia no se interpone en el curso de la acción2.

Posiblemente una de las mejores bazas de ‘Dead Space’ sea el ambiente. Aquí dependerá de lo miedosos que seáis y, aunque no lo parezca, cuando más miedosos, mejor. Parece contradictorio pero tened en cuenta que (salvo casos extremos) va a haber un momento en el que te alzarás victorioso, cortadora de plasma en mano, sobre una montaña de necromorfos. Has mirado a la cara al terror, has sobrevivido y ese momento hace que valga la pena haber pasado tensión y algunos sustos.
Ese momento, de hecho, es uno de los clásicos del cine de terror. Justo antes de la confrontación final, el protagonista ha de enfrentarse al horror más absoluto y cuando lo supera, es cuando puede, por fin, vencer al monstruo o psicópata de turno, con subidón de música y otros espectaculares efectos3.
Como decía, el ambiente, sin ser demasiado novedoso (espacios angostos, sonidos aterradores, luces parpadeantes, sombras tenebrosas, el atisbo de movimientos extraños, cadáveres por doquier…) está muy conseguido y dará mal rollo a más de uno. Los cadáveres que vamos encontrando, según pude leer, están basados en fotografías reales de accidentes de tráfico, lo que resulta casi más siniestro que la imagen en sí.

Esto es un necromorfo. Encantado.

Los necromorfos son también bastante horribles y no aptos para espíritus sensibles, con extremidades supernumerarias, mutaciones repulsivas y demás lindezas. Es un juego de terror, recordemos, no están aquí para lucir tipito.
El aspecto inhumano de lo que sería un simple traje de trabajo del protagonista es otro de los aciertos. Casi es una lástima cuando se quita la máscara (como cuando Robocop se quita el casco).

De todas formas todo esto quedaría en agua de borrajas si la jugabilidad no fuera buena. Por suerte esa es el otro punto fuerte de la serie, es muy divertido de jugar.

Para empezar, aunque pueda parecer poco importante, los disparos al bulto hacen muy poco daño, así que haremos uso del “desmembramiento estratégico”4. Es decir, que podemos hacer volar brazos y piernas para matar así a nuestros enemigos. No os creáis que un necromorfo sin piernas es mucho más lento, se arrastran a una velocidad escalofriante, pero ayuda ir haciendo saltar trozos de necromorfo.
Sólo con no poder disparar al mogollón y tener que buscar las extremidades hay un giro interesante que no sólo te hace hacer lo de siempre de forma distinta, sino que lo hace aún más siniestro, si cabe.

Las luces azules de su espalda es la vida, el círculo rojo casi vacío el cargador de estasis... No hay marcadores como tales, todo está incorporado en la acción. Otro acierto.

Abundando en ello, para “registrar” los cadáveres de los enemigos o como ataque desesperado para conservar munición Isaac puede pisar a los necromorfos. Esto puede parecer otra cosa poco importante, pero es extremadamente satisfactorio hacer reventar a un necromorfo que se arrastra a morderte los tobillos de un pisotón troglodita.
Hago notar que, como buen survival horror, la munición no abunda mucho, así que alguna vez tuve que hacer uso del pisotón por ahorrar un poco de plasma.

¡Los de colorados son nuestros! ¡Pisalo, pisalo!

Por supuesto tendremos varias armas a nuestra disposición (cortadora de plasma, fusil de asalto, motosierra magnética, lanzagranadas, lanzallamas, etc.) y elegir la adecuada vuestro estilo y a la situación va a ser una de las bases del éxito (la sierra en un pasillo estrecho donde no la pueden esquivar, el fusil con su alta tasa de fuego para enemigos pequeños y numerosos…).
También contamos con un rayo de telequinesis, para mover objetos, y otro de estasis, para ralentizar objetos y enemigos, que podremos usar en combate y para superar algunos de los obstáculos, por ejemplo, ralentizar el ventilador gigante de un tunel de ventilación para poder seguir avanzando. No es lo que yo llamaría un puzzle pero ya te obliga a interactuar con el entorno más allá de pegarle un tiro.

Respecto a esto, además de reventar a diestro y siniestro (sobre todo siniestro) la serie nos ofrece pequeños minijuegos, o escenas distintas a todo lo anterior (como tener que volar por campos de asteroides, disparar con el cañón de la nave, visitar a contrarreloj zonas sin oxígeno, cortocircuitar puertas o trepar con cuerda por paredes verticales) que, sin ser revolucionarias, le dan una cierta variedad a la acción y su inclusión se puede considerar un acierto muy necesario.

Volando voy...

Os dejo caer que la tercera entrega es más de acción, así que la velocidad general del juego, el número de enemigos, la variedad de armas y la cantidad de munición disponible se multiplica (de hecho nunca tuve problemas de munición, cosa que en los dos primeros sí).
Consideraría este título como el menos brillante de la serie, pero es bueno y el cambio de enfoque también es bienvenido porque un tercer survival con las mismas características hubiera sido repetitivo. Se reinventan y el resultado es bueno. Quizá no tenga el impacto de los anteriores (ya llevas un bagaje de 20 o 30 horas de necromorfos a las espaldas con los dos anteriores) pero es recomendable de todas formas.
Sus ventas parece que no fueron todo lo buenas que esperaban y se quedó en suspenso una posible cuarta entrega. Si soy muy estricto diría que con el primero ya has visto lo que había que ver, pero el resto son tan disfrutables que no veo razón para no seguir pisando necromorfos.


Habría mucho, mucho más que añadir y que poder contar, pero vale la pena que lo veáis por vosotros mismos. Os animo a ello.




1 Se llama así por Isaac Asimov y Arthur C. Clarke, aunque yo considero la ciencia ficción una ambientación y no un género así que lo mismo le podía haber llamado Stephen Barker (no que a nadie de la industria del juego le importe mi opinión).

2 Curiosamente jugué al primero hace años, el mismo verano que jugué al Bioshock, y recuerdo haber pensado que la historia de este tenía mucho más alcance y más intención de contar algo, mientras que el Dead Space era más espectacular y emocionante. Los dos buenos, pero no se puede tener todo.

3 Una vez oí (pero no recuerdo donde; algún programa de cine, supongo) que esta era una de las causas de que muchas protagonistas de las cintas de terror fueran mujeres, porque en nuestra sociedad era más fácil aceptar ver a una mujer se sumergida en el terror más abyecto que ver a un hombre paralizado por el pánico echando lágrimas a moco tendido. No sé hasta qué punto es verdad o mentira, pero así lo oí y así os lo transmito.


4 En serio, se llama así.

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