Hola
a todos. Ahora he podido ver “Rogue One: a Star Wars Story” y, por si os
interesa, he aquí mis pensamientos.
Lo
primero que me he encontrado en la película es que hay una introducción de unos
cinco o diez minutos que podría haberse resumido en: “El Imperio mató a mi
madre y secuestró a mi padre, el científico, para que trabajase en la carrera
armamentística”.
Por
cierto, no estoy seguro de que pegarle un tiro al cónyuge de tus empleados sea
una buena táctica de reclutamiento, ni siquiera para el Imperio.
Bueno,
el escenario ya lo conocéis. Hay una galaxia muy lejana donde uno de los bandos,
ya en la primera mitad de la película, asesina a confidentes en callejones
oscuros, tortura prisioneros, remata a los heridos con un tiro en la cabeza,
organiza emboscadas en mercados a plena luz del día (no sea que no pillen a
ningún daño colateral)… el otro bando, es el Imperio.
¡¿Qué
me dices!?!, ¡¿quo modo?!, WTF!
Llamadme
tiquismiquis, pero yo creo que está feo.
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Pues
eso, que tenemos aquí una visión mucho más sombría de la Alianza Rebelde, que choca
con todo lo visto en las películas anteriores, donde los buenos eran buenos y
los malos, malos. Era una visión ingenua e irreal pero parte de la magia
radicaba en ella. Es como si encontráramos a Lancelot usando tácticas de Geralt
de Rivia, o a Aragorn como el Guts de Berserk. Todos son personajes que me
gustan, pero cada uno tiene su mundo y su ambiente y, el problema que me
encuentro aquí, es que habían construido una determinada mitología durante
siete películas e incontables derivados (que se dice pronto) que se basaba en
que la Alianza eran “los buenos” y el Imperio “los malos” y en “Rogue One” han
tratado, digo yo, de darle un aspecto más realista a la cosa. Lo malo es que este
realismo es gris y lleva a la gente al Lado Oscuro.
Entonces,
tras la prescindible introducción, encuentro dos bandos peleando por el poder
en la galaxia sin que ninguno me produzca especial simpatía. Eso es malo, dado
que la falta de implicación me permite tener más tiempo para ver qué está
pasando.
Lo
que pasa es que tenemos una serie de escenas de acción donde los stormtroopers
son thugs de nivel 1 con 1 punto de vida cuyas armaduras no protegen contra los
blaster (¡ni contra los palos!), que no son capaces de acertarle a alguien en
un pasillo a menos de 5 metros de distancia (cosa que cualquiera con dos horas
de videojuego FPS puede hacer) y aún no han entendido que buscar cobertura es
importante (dos horas de FPS, o menos). Cuando esto se repite a lo largo de
toda la película acabas con la sensación de que no hay ninguna amenaza que vaya
a generar ninguna emoción y no entiendes cómo el Imperio puede dominar nada con
semejante ejército de botarates.
Por
supuesto, cuando el guión lo exige pueden acertar, aunque les cuesta, y cuando
un personaje ha de arrodillarse junto a su amigo moribundo para despedirse,
dejan de disparar para no molestarle en tamaño trance.
Que no se me olvide mencionar que, a estas alturas, los malos siguen largando discursos antes de disparar. Por favor...
Hay
dinero y efectos metidos en las escenas de acción pero no me parecieron
especialmente brillantes por todo lo anteriormente expuesto y por la previsibilidad
de la mayoría de acontecimientos (¡seguro que esto lo hace tal personaje!,
¡seguro que ahora se muere!, etc). Si os da la sensación de que va a pasar,
pasa.
Es posible que se exagere un poco
en algunos momentos.
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Por
otro lado, hay intentos de humor a lo largo de la película pero no me encajaron
mucho y, por cada chiste potable, había dos intentos poco afortunados. El
argumento y los personajes están desprovistos de humor, así que no había necesidad de
intentarlo de forma tan obvia, incluso infantil a veces.
Esto
último me ha hecho pensar que a los personajes no les he visto un gran entusiasmo,
ni optimismo, ni alegría. La protagonista quejándose de que el Imperio ha
acabado con su familia; el otro, que lleva luchando desde los seis años y está
amargado por las cosas que ha hecho; el piloto, que no sé que pinta en todo
esto; el ciego que repite lo de la Fuerza como un mantra pero que tampoco sé de
dónde ha salido y no le veo en verdadera comunión con el entorno, ni con la Vida
(así, en mayúsculas). Es más un ciego con superpoderes, como un Daredevil,
parte 2.
Al
final me parecieron peones al servicio de una historia que ya estaba escrita
(al fin y al cabo está pasando pocos días antes que “Una nueva esperanza”) y no
me importaron demasiado ni me implicaron mucho en sus vidas o problemas (que no
parecían existir más allá de antagonizar con el Imperio).
Aquí
puedo patinar seriamente (ya hace tiempo que no veo la serie original) pero
creo recordar que lo de la Fuerza se consideraba algo antiguo, prácticamente extinto
y casi supersticioso, pero en esta película todo el mundo dice “Que la Fuerza
te acompañe” pese a no haber un jedi ni medio por la zona.
Quizá
sea para intentar mantener una continuidad con las películas anteriores y
cumplir el expediente de la nostalgia, como el completamente innecesario cameo
de una pareja de droides que no hace falta mencionar, y la discutible decisión
de hacer un rostro digital para hacer reaparecer a Tarkin y Leia (originalmente
Peter Cushing y Carrie Fisher). La tecnología es buena, pero no tanto, y parecen
muy artificiales. El resultado no me convence y no hubiera pasado nada por
poner unos actores caracterizados, con un parecido razonable, como cuando se
contrató a Michael Gambon como Dumbledore por el fallecimiento de Richard
Harris. Tampoco es que se parecieran mucho, de todas formas.
Hubiera dicho que asomarse al
espacio sin el equipo apropiado daría problemas pero parece que no.
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Estaba
releyendo lo escrito hasta ahora y me temo que os va a quedar la impresión de
que la película me ha caído antipática, lo que es rigurosamente cierto, así que
cierro recapitulando:
El
argumento ya está visto en otras muchas cintas de acción y aventuras. No es
particularmente malo, pero no es nada del otro jueves y se mete en un fangal moral del que no sale bien
librado.
El
humor y la alegría están ausentes o no funcionan muy bien.
La
acción sufre de los mismos defectos que otras mil predecesoras. Es espectacular
pero nada creíble y poco sorprendente.
Me
gustaría saber qué hubiera pasado si está película no hubiera tenido el sello
de Star Wars, con la Estrella de la Muerte y Darth Vader, que tiran mucho.
Hola, como comentamos el domingo, si el mejor personaje es un droide... que ***SPOILER*** estén todos condenados a morir desde el principio ***SPOILER*** no ayuda mucho a involucrarse y "sufrir" con ellos, que el desarrollo de los mismos sea poco más que ridículo tampoco, he visto piedras con más vida interior.
ResponderEliminarNo había caído en el tema de la fuerza, realmente entre el Episodio III y el Episodio IV no han pasado muchos años (los que se suponga que tiene el joven Luke Skywalker), por lo que la "memoria" de los Jedis aun debe estar presente. Otra cosa es que lo de "que la fuerza te acompañe" no es un saludo habitual, dada la situación nadie debe querer acordarse de ellos. Quien sabe, si te oye un stormtrooper puede dispararte durante dos días hasta que acierte por decirlo. Hace mucho que no la veo, pero tengo la sensación que en la trilogía clásica la frasecita aparece como una especie de bola de nieve que empieza con Kenobi, al principio se oye poco y al final acaba hasta en la sopa.
El tema de la mítica puntería de los soldados imperiales, pues es mítica por algo, siempre fue así, pero si querían apostar por ser realistas, mostrar una rebelión con su lado oscuro y demás, podían haberles subido un poco la habilidad en armas de fuego.
La aparición de Darth Vader fue una decepción, sin más. No aporta nada ni al personaje, ni a la película, ni a la saga en general.
Para acabar, a mi la película me entretuvo, la historia sin ser lo más consiguió que no me quedara dormido, vi disparos láser, alienigenas y naves,... que son cosas que me gustan por defecto. El problema es que de una película con el sello STAR WARS uno espera más, aunque no sé porque, para mi realmente buenas solo hay 2, los Episodio IV y V (al VI le sobran los peluches). La VII vuelve al camino de las primeras, pero no deja de ser repetir el IV con un par de añadidos.