Para "desolación" la que se te queda después de ver la película... |
Hola
a todos. El otro día tuve la ocasión de ver la segunda película de “El hobbit”
y me gustaría comentarla, así que, allá vamos.
Lo
primero es que, viéndola en VOS, os confirmo que Smaug se pronuncia “Smaug”, como se escribe, no “Smog” que oí que
decían en el anuncio de la tele. Aclarado este punto, que posiblemente no le
importe a nadie, me lanzo a la peli.
Lo
primero que tenemos que es tremendamente larga, 161 minutos, y eso sólo para
contarnos un tercio de una historia (porque son tres películas en total; bueno,
sigo pensando que es una película partida en tres, pero así cobran triple,
¿no?) que no va más allá de un grupo de aventureros viajando a la guarida de un
dragón.
Recordemos
la frase de que la perfección se alcanza cuando no se puede quitar nada más, no
cuando no se puede añadir nada más. Podéis estar de acuerdo o no. Evidentemente
Peter Jackson no lo está. Yo creo que a la película se le puede quitar mucha
morralla, e incluso personajes y secuencias enteras.
Dol guldur, donde parece que se nos va a salir la épica por las orejas y luego no pasa nada digno de mención. |
No
voy a tirar la piedra y esconder la mano, así que puntualizo. Todo el hilo
argumental de Dol Guldur sobra. En principio parecía de lo más interesante,
pero realmente no aporta nada a la historia (que recordemos que va de unos
enanos tratando de recuperar su reino de las garras de un dragón) salvo para
hacer aparecer a Sauron y subrayar la relación entre “El hobbit” y “El señor de
los anillos” (cosa que, por cierto, hacen hasta la náusea como Gandalf en la
escena de introducción, todo lo de Dol Guldur, Smaug diciéndole a Bilbo que
lleva algo “precioso”...; las referencias son constantes e innecesarias).
La
relación de Tauriel, capitana de la guardia de Thranduil, con Kili sobra varias
veces. No hace avanzar la historia y resulta absolutamente increíble. No sé si
es un añadido a rebufo de una mala interpretación de la fascinación de Gimli
por Galadriel o, sencillamente, que tenían que llenar película porque no era
suficientemente larga. La IMDB nos sugiere esta segunda explicación.
Así
pues tenemos una película tremendamente larga y no muy bien llevada en el plano
argumental pero, para más INRI, tenemos otro problema y es que, a mi parecer,
no tiene un tono bien elegido. Me explico, tiene demasiada parodia para resultar
épica y demasiada épica para ser una parodia.
Si
quieres sobrecoger al espectador no puedes poner enanos “vestidos” con un
barril dando vueltas como aspas de molino o haciéndoles correr y saltar por la
guarida de Smaug en una escena más propia de Tom y Jerry que de otra cosa.
Si
quieres resultar gracioso y simpático, bueno, “La princesa prometida” es un
compendio de cómo mezclar aventuras y humor sin parecer fuera de lugar (como
los pobres enanos).
En
general la acción no resulta nada creíble, Bilbo blande “Dardo” como si fuera
un caudillo cimmerio, los elfos no se rigen por las leyes de la gravedad, los
orcos tienen un punto de vida, Smaug no es capaz de coger ni a uno de los diez
enanos que corren delante de él… Lo que nos lleva a la conclusión de que si los
enanos no hubieran defendido La Montaña Solitaria, sino que se hubieran
limitado a correr como pollos sin cabeza, Smaug nunca habría podido conquistarla.
Vamos, que no.
¿La
película ofrece algo? Bueno, Jackson siempre me ha parecido que tiene mano con
las imágenes y sabe elegir los escenarios pero, aún así, le advertiría algo. El
truco de la cámara volando por la guarida de los orcos y penetrando en las
profundidades de la tierra con el fuego y la lava ya nos lo conocemos de todas
las películas anteriores. Empiezas a repetirte.
Ah,
estéticamente Sauron no me convenció (como oscuridad algo más, como fuego nada
de nada), y vi a Smaug un poco pálido y desvaído. Ya que te pones podías
haberle dado a los malos un poco más de presencia, aunque supongo que será
cuestión de gustos y no le daría más importancia.
¿Esto es Sauron, el Grande? Bah. |
En
resumen, que Jackson me parece un buen artesano visual y un mal narrador. No os
puedo recomendar la película porque, francamente, en las 7 u 8 horas que
tardaríais en ver la película entera, podéis ver varias buenas películas o leer
una historia mucho mejor que la que aquí nos cuentan. Por ejemplo, podríais
leer “El hobbit”.
Un
saludo.
P.D.:
no he entrado en si la adaptación es buena o mala, las diferencias entre el
libro y la película, etc. Sólo diré que no respeta el libro ni en la historia ni en el espíritu.
Sobre esta película solo diré que estuve a punto de llorar viéndola, y no precisamente de emoción.
ResponderEliminarA mi me parece que como película, es entretenida.
ResponderEliminarComo adaptación, como algunos dirían, "me dio cáncer solo de verlo", aunque es mas cercana al llanto y al infarto, y no por alegría.
En este caso he intentado separar lo que me pareció la adaptación como tal de lo que me pareció la película.
EliminarTenemos casos famosos de películas que no se parecen en nada al libro en el que se basan ("Blade Runner"/"¿Sueñan los androides...?") pero son buenas películas.
No es cuestión de que no siga el libro, es que me parece una peli manifiestamente mejorable.
Cabe destacar que debo de ser minoría en esta opinión porque la crítica que he leído por ahí (profesional y amateur) es mayoritariamente positiva. Cuestión de gustos o que con la vejez me enfurruño cada vez más :D
He de decir, que comparto tus puntos en contra, sobretodo el de el romance, me da vergüenza ajena, y que no nombraste nada de los orcos `ninja´, o de los elfos ciegos que no ven un ejercito hasta que lo tienen en la cara, pero en esta película me quedé con la sensación de que podría verla dos o tres veces mas y no aburrirla, se que es algo subjetivo, pero teniendo en cuenta que en general no me gusta ver dos veces una película a menos que crea que me quedé a medias con el argumento, es un punto a favor.
EliminarLuego llega el factor "para gustos colores", por ejemplo, Titanic no la soporto, pero tiene buena crítica, no creo que sea problema tuyo ni de nadie, simplemente son cuestiones de gusto personal.
Siempre nos quedará el juego de mesa, que está curioso.