martes, 12 de agosto de 2014

Rompenieves

Esto es todo lo que queda...

Hola de nuevo. Parece que es una buena época para la ciencia ficción. Después de la interesante "El amanecer del planeta de los simios" he podido ver "Rompenieves" ("Snowpiercer"), que también es ciencia ficción con algo que decir.

Primero os resumo el argumento, que se basa en el cómic francés, "Le Transperceneige" que, al no haber leído, no sé hasta qué punto lo adapta. Pronto corregiré esta deficiencia.
Un desastre climático ha convertido al Tierra en un desierto helado y los único supervivientes viven en un tren (el Rompenieves) en perpetuo movimiento.
Lamentablemente, y como mandan los cánones de la distopía, los habitantes de los vagones de cola sufren unas condiciones lamentables que van mejorando conforme nos acercamos a la cabeza del tren y su Sagrado Motor.

La película asume que sabemos bastante de distopías y del mundo real como para no perderse en cómo y por qué, y entrar directamente en cómo nuestro protagonista lidera la enésima revolución de los menos favorecidos y van avanzando por el tren.

Cuando empiezan las protestas los enfrentamientos son inevitables.

A cada vagón descubriremos nuevas metáforas sociales y desarrolla un discurso siempre interesante y hasta un poco incómodo. Incómodo porque a veces entendía los puntos de vista del "malo" (si se me permite una expresión tan simplista) pero esto ya dependerá de la visión de cada cual. Yo soy pesimista y sinceramente creo que si el poder cambiara de manos la situación no cambiaría en absoluto.

Volviendo a la película. Está bien contada y, si bien le podría recortar unos minutos, no me parece que se resienta demasiado (sobre todo para lo que había visto del cine coreano, nacionalidad del director). Tiene suficiente diálogo y suficiente acción como para contentar a una cierta variedad de público, siempre que quieras ver una crítica social (política, religión, etc.) que es el tema central de la historia.

No todo, por cierto, está narrado desde una óptica completamente realista. Aparecen personajes extravagantes como una vidente coreana o la enormemente borde e inspirada ministra Mason ("Conoced vuestro lugar; quedáos en vuestro lugar; sed un zapato"; antológica), y momentos delirantes como el alucinante sistema educativo de las clases altas o la inesperada celebración de año nuevo. Puede parecer completamente absurda, es completamente absurda, pero no puede evitar pensar: "Dios mío, somos así de absurdos".

Hay partes del tren llenas de maravillas...
¿Por qué no todo el mundo tiene acceso a ellas?
Las respuestas son múltiples y no todas son agradables.

Ah, también advertiros que no es una película ni alegre ni optimista y que va a haber una cierta cantidad de cadáveres por el camino. Si buscáis buen rollo en la lucha contra el mal y la injusticia probad en otras cintas, aquí reina la oscuridad. Un buen indicador de ello es que no hay subtrama romántica. Tampoco la eché de menos.

Por acabar, comentaros que hay algún punto (que no puedo contar porque es del final) que no tiene mucho sentido pero que sale para reforzar el simbolismo que ha aparecido a lo largo de la historia. Se lo perdonamos pero hubiera estado mejor hacerlo de forma más lógica.

En resumen, es una distopía post-apocalíptica que reflexiona, sorprende y divierte, aunque sea de forma oscura. ¿Se puede pedir más?

1 comentario:

  1. Últimamente veo muchas noticias sobre geoingeniería y no puedo evitar acordarme de esta película (y de Futurama).

    http://elpais.com/elpais/2015/02/13/ciencia/1423813149_720630.html

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