Me considero un hombre
de principios. ¿Y quién no?
Incluso el asesino, según he notado, considera sus acciones “morales” de alguna forma.
Incluso el asesino, según he notado, considera sus acciones “morales” de alguna forma.
Quizá otra persona,
leyendo sobre mi vida, me llamaría un tirano religioso. Me llamaría arrogante. ¿Y
por qué ha de ser su opinión menos válida que la mía?
Creo que todo se
reduce a un hecho: al final, yo tengo los ejércitos.
Hola de
nuevo. Hoy vamos a comentar brevemente uno de los últimos libros que he acabado
de leer, “Mistborn - The Final Empire”, de Brandon Sanderson.
La verdad es
que no había oído hablar de la saga de Mistborn ni del autor, así que me
acerqué sin ninguna idea preconcebida. Es un libro de unas 600 páginas, de
género fantástico, y el primero de la trilogía de Mistborn.
El mundo
lleva un milenio gobernado por un tirano, autoproclamado dios, que ha dividido
la sociedad en esclavos y aristócratas. No hay término medio.
En algún
punto de su ascenso el cielo se cubrió de ceniza y el sol dejó de brillar como
nosotros lo vemos. Por las noches unas aterradoras nieblas cubren la tierra.
Contra el
mencionado tirano se alzará una nueva revolución (no ha sido la primera en sus
mil años de reinado, por supuesto) con todos los protagonistas del libro.
Nos
encontramos entonces ante un mundo propio que necesita una descripción más
detallada que un mundo arquetípico (pongamos Krynn). Por ejemplo, pasa buena
parte del libro explicando como la protagonista descubre la Alomancia (Allomancy en el original, que
es el que he leído), un sistema de magia propio.
El autor
juega a contarnos qué está pasando
pero no detallar por qué está pasando
y cómo han llegado las cosas ahí, y
así, aumenta el interés por el desarrollo de la historia.
De la misma
forma los personajes son descritos lo suficiente como para saber cómo funcionan
y entender sus reacciones, pero sin entrar en detalles de su pasado.
Eso puede no
parecerlo pero tiene su parte buena. Hace avanzar la historia más rápido.
En el libro
sale una cierta cantidad de personajes y, si tuviéramos que conocer la historia
de todos, en vez de tres, serían trece libros (y no me convencen las series
interminables).
Por
supuesto, esta falta de información vuelve a aumentar el interés, porque
sabemos que hay detalles que, tarde o temprano, acabará revelándonos.
En la historia
vamos a encontrar elementos épicos, batallas por la libertad, reveses del destino,
amores de cuento de hadas, juegos de espías, genios criminales y demás cosas
interesantes, saltando entre el ambiente palaciego y los bajos fondos.
Por
supuesto, también encontraremos el Síndrome de la Estrella de la Muerte (¡somos
invencibles!... salvo por este pequeño detalle pero si nadie se da cuenta…).
Además, por suerte, no todo el mundo cuenta con Inmunidad de Guión y nos podemos llevar alguna sorpresa.
En general
encontraremos lo necesario para pasar un buen rato con este libro, aunque no es
perfecto y a la resolución, que suele ser lo más difícil, se le podrían
discutir algunas cosas.
Lo dicho, el
interés radica tanto en la acción como en la mencionada falta de información.
Si buscas una historia que cierre todos los flecos o acción
pura y dura, este no es tu libro, pero si puedes aceptar un cierto nivel de
incertidumbre y un ambiente urbano, aunque para nada aburrido, puedes encontrar
aquí una alternativa interesante.
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