viernes, 24 de abril de 2015

Ga'Hoole - La leyenda de los guardianes

Las prisas son malas consejeras...


Hola de nuevo. Hoy os comento sucintamente la película “Legend of the Guardians: The Owls of Ga'Hoole” (en España “Ga'Hoole - La leyenda de los guardianes”) basada, evidentemente en los libros de Kathryn Lasky, “Guardians of Ga'Hoole”.

La historia viene a ser las aventuras de unos jóvenes búhos (en el sentido amplio del término) en busca de los caballerosos Guardianes del fantástico árbol de Ga’Hoole, una suerte de Rivendell de los búhos, para unirse a ellos en su lucha contra el mal, encarnado en los terriblemente racistas Metal Beak y Nyra.
Como ya dije en los libros, no es precisamente un dechado de originalidad, pero que levante la mano quien crea que no se puede sacar una gran historia incluso de los arquetipos más trillados.

Si hubiera habido tanto esmero en la historia como en las imágenes...

Pero, entrando directamente a saco, hay un problema de bulto. La película dura hora y veinte y han tratado de meter la mayor cantidad de historia, personajes y referencias posibles, dando lugar a un cuadro colorista, visualmente muy llamativo, pero abigarrado y poco profundo.
Si no has leído los libros verás pasar una serie de personajes, algunos de los cuales se reducen a una o dos líneas, y te quedarás con la sensación de que algo te has perdido.
Si te has leído los libros te echarás las manos a la cabeza al ver a Otulissa reducida a una o dos líneas, al ver como “You only wish” es revelado en la primera media hora de película o al ver que cambian la identidad de algún personaje (para los no iniciados, es como si Darth Vader le dijera a Luke: “Yo soy… un perfecto desconocido”. Como que pierde fuerza, ¿no?).

Visto lo visto me parece que una película que coge cosas de al menos los tres primeros libros (y se inventa el resto) es un formato claramente erróneo y hubiera quedado mucho mejor una película por libro (estilo Potter) o una serie.
Arrojarnos ideas y personajes a punta pala no les hace tan entrañables como debería.

Es bonita de ver pero, los que no conozcáis los libros podéis elegir mejores películas de aventuras y los que los conozcáis, igual no es exactamente lo que habíais imaginado (especialmente para los puristas).

Quien diga que no quiere achuchar a Eglantine...
¡miente bellacamente!

Como ya dije en su día los libros son muy agradables pero no me están pareciendo algo extraordinario, pero merecían algo mejor que esta adaptación.
En el fondo no os hará daño verla, pero me esperaba algo más. Imaginaos que hubieran metido los dos primeros libros de Potter en una cinta de 80 minutos… Pues eso.

Hasta la próxima.

martes, 14 de abril de 2015

Las 13 vidas y media del Capitán Osoazul - Walter Moers

"Pura locura... Muy divertido" Daily Telegraph

"Del
"Diccionario de prodigios, formas de vida
y fenómenos de Zamonia y sus alrededores
que requieren explicación”
por el Prof. Dr. Abdul Ruyseñor

Espacio de agujero dimensional: En realidad, es muy sencillo imaginarse un metro cuadrado de espacio de agujero dimensional siempre que se tengan siete cerebros. Imagínese simplemente un tren que, con una vela en el techo, viaja por un agujero negro, mientras usted mismo, con una vela sobre la cabeza, está en un campanario en Marte y da cuerda a un reloj de un metro cuadrado  exacto de tamaño, y que una lechuza, que por cierto lleva también una vela sobre la cabeza, vuela en dirección contraria a la del tren y a la velocidad de la luz por el túnel, que es tragado en ese momento por otro agujero negro, también con una vela sobre la cabeza (si es que puede imaginarse un agujero negro con una vela sobre la cabeza, para lo que necesitará siete cerebros al menos).
Una los cuatro puntos en que arden las velas con un lápiz de color y tendrá un metro cuadrado de espacio de agujero dimensional. Por otra parte, por el reloj podrá ver qué hora es en Marte, incluso en la oscuridad, ya que tendrá una vela sobre la cabeza.”


Hola a todos. Después de una pausa hemos vuelto para seguir comentando cosas que tenemos por aquí. Hoy os traigo “Las 13 vidas y media del Capitán Osoazul”, novela del escritor y autor de cómics alemán, Walter Moers.

En ella nos cuenta la primera mitad de la existencia del Capitán Osoazul que, como su propio nombre indica es un oso azul marinero. He leído que hay un juego de palabras con el nombre, pero dejo que lo busquéis por vuestra cuenta o que lo averigüe quien sepa alemán, que no es mi caso.

El libro está lleno de ilustraciones de las aventuras de Osoazul.
Aquí recién nacido, en alta mar, en una cáscara de nuez.

Los osos azules tienen 27 vidas, que vienen a reflejarse en el libro como los distintos estados, profesiones o aventuras semiindependientes que se van sucediendo en la vida de Osoazul. Algo así como “mi vida como pintor” o “mi vida en las montañas” pero mucho más interesante,  por ejemplo, “Capítulo 1. Mi vida de pirata enano” o “Capítulo 8. Mi vida en el agujero dimensional”.

El autor hace cómics claramente orientados al público adulto, pero Osoazul es apto para todas las edades e incluye valiosas lecciones, como los peligros de una mala alimentación y el sedentarismo, y otras más complejas como el absurdo de ciertos preceptos religiosos. Hay un poco para todos pero es, esencialmente, una novela de fantasía e imaginación desbordantes, llena de situaciones absurdas, inverosímiles y altamente entretenidas que no debéis perderos.
Encontraremos sabios de siete cerebros, arañas bruja del bosques, la ciudad perdida de Anagrom Ataf, la famosa doblepizza del Capitán Osoazul, un gigante sin cabeza, una cabeza sin gigante, espectros calafateadores, otras dimensiones… En cada capítulo hay un nuevo derroche de ideas, buen humor y una pseudociencia delirante pero muy simpática.

Sello alemán con el Capitán Osoazul.
Ahora bien, también os aviso del principal defecto que le veo, es larga (762 páginas) y altamente descriptiva. Está llena de listas enumeraciones y explicaciones de mano del diccionario del Profesor Ruiseñor. Puede resultar un tanto abrumadora en ocasiones pero un poco de paciencia compensa con creces.

Por lo anteriormente expuesto yo lo recomendaría más para más mayores que para niños, pero muy recomendable en todo caso. 

En Erfurt, Alemania.