viernes, 29 de mayo de 2015

MiniMetro



Hola a todos. Os presento otro de estos videojuegos minimalistas para jugar en un rato de descanso (no, durante el trabajo no; que os veo) que viene a volver a demostrar que es mejor una buena idea que mil fuegos artificiales (y mira que son bonitos los fuegos artificiales). Se trata de MiniMetro (hasta el título es mini).
Aún está en desarrollo, así que le faltan algunas cosas importantes pero lo principal ya es jugable y suficiente para hacernos una idea bastante clara de lo que nos espera.

Lo que nos espera es un mapa prácticamente en blanco salvo por algún accidente del terreno, como un río o montaña, y tres estaciones de metro representadas por distintos símbolos.
Nuestro cometido es unir las estaciones con las distintas líneas que tenemos disponibles, de forma que los pasajeros puedan viajar a una estación con la que compartan símbolo sin esperar demasiado. Si no podemos recoger ningún pasajero de una estación en un determinado tiempo se produce el colapso de nuestra red de transporte y se acabará la partida.

Muy simple, pero divertido. 

Por supuesto con tres estaciones sería un poco soso, así que cada cierto tiempo aparecerán estaciones nuevas para rellenar el mapa, algunas cambian de símbolo y cada vez salen más y más impacientes pasajeros.

Como nuestras tres líneas iniciales tampoco nos durarían mucho ante la demanda de nuestro servicio, al final de cada semana nos regalarán locomotoras, más vagones, nuevas líneas o túneles con los que poder atravesar los ríos y montañas.

Y, francamente, eso es todo. La jugabilidad es extremadamente sencilla. Vamos ampliando la red, remodelamos las líneas, añadimos más máquinas donde hay retrasos y tratamos de mantener el sistema funcionando el máximo tiempo posible.
¿Y resulta entretenido? Diría que resulta sorprendentemente entretenido. No es un juego para los amantes de la acción desenfrenada ni para jugar varias horas seguidas, dado que las partidas son bastante cortas, pero los estrategas y/o gestores yo creo que disfrutarán con la genial simplicidad del juego.


Hasta la próxima.

jueves, 21 de mayo de 2015

Lewis & Clark

1 - 5 jugadores - 120 minutos.

Hola a todos. Hoy os traigo un breve comentario de “Lewis & Clark”, un juego de mesa que recrea la celebérrima expedición de los mencionados exploradores.
Como llevo el extraordinario bagaje de dos partidas mejor tomaos esto como una primera impresión más que como una opinión bien fundamentada.

Aquí cada jugador lidera una expedición y ganará el primero que complete el recorrido de St. Louis hasta el Pacífico, para inscribir su nombre en la historia (el resto al olvido eterno).

Muchas de las acciones las realizaremos con cartas, tanto la obtención de recursos como el avance por el tablero. Comenzamos con unas cartas bastante básicas de las que nos convendrá deshacernos y conseguir otras más interesantes, así que tenemos una parte de deckbuilding que tendremos que tener muy en cuenta para optimizar nuestros turnos y adelantarnos a nuestros competidores.
Las acciones de las cartas debemos potenciarlas mediante el uso de otra de nuestras cartas (que no realizará su acción), lo que nos obliga a planificar muy bien cada turno.

Otras acciones las conseguiremos colocando trabajadores (en este caso Nativos Americanos) en las casillas del Poblado. Estas acciones no requieren carta pero pueden quedar bloqueadas cuando están ocupadas, siguiendo el sistema básico de colocación de trabajadores de este tipo de juegos.
Nótese que estos trabajadores los perdemos al usarlos, así que debemos andarnos con cuidado y procurarnos más.

El tablero es sencillo:
- El Poblado con Acciones.
- El río por donde avanzamos.
- A la derecha, la fila de cartas para reclutar.

Los Nativos también pueden potenciar el efecto de las cartas, permitiéndonos ahorrar cartas a cambio de trabajadores. Los así usados volverán a nuestro campamento automáticamente.

Por último tenemos que saber que muchas de las cosas que hacemos como comprar cartas, mejoras, canoas, caballos o el simple hecho de mover nuestra expedición, consume recursos (madera, comida, pieles, etc.). Por supuesto esto forma el tercer pilar del juego, que es la gestión de recursos.

Para redondear todos esto os explico que una vez jugadas las cartas no las recuperamos hasta que “acampamos” y, cuando lo hacemos, retrocedemos una casilla por cada carta que nos ha quedado en mano y por el exceso de recursos o trabajadores que transportemos.
He aquí uno de los puntos fundamentales de la estretegia de “Lewis & Clark”. Conseguir recursos es fácil pero, si no podemos gastar eficazmente lo que acumulamos o llevamos una horda de seguidores detrás, nos encontraremos con que nuestra fabulosamente rica expedición avanza muy lentamente. Como en casi todos los aspectos de la vida, el equilibrio es fundamental.

Acabada la explicación de los mecanismos ya os daréis cuenta de que parece haber algo de Frankenstein en todo esto, tomando elementos de aquí y allá para combinarlos en una nueva criatura. En este caso han tenido mucho más tino que nuestro querido doctor y los mecanismos parecen combinados con bastante habilidad, dejando un juego nada complicado y que fluye bastante bien.
No os engañéis, el juego no es complicado en cuanto a reglas pero para optimizar las acciones y batir al resto de jugadores tendréis que pensar a base de bien.
Una decisión impulsiva del estilo: “cojo toda la madera disponible y ya veré luego qué hago con ella” puede ser el primer paso para perder varios turnos hasta haber vaciado las bodegas (que recordemos que ralentiza la expedición) en los que las canoas de nuestros rivales nos pasarán como aviones por los lados.

Visual y temáticamente me resulta atractivo ya que cada carta representa a un personaje real y el manual viene con una breve explicación de quién era cada cual. Me gusta mucho más jugar a “Daniel Boone” que jugar una “carta de movimiento”.
Las ilustraciones están muy bien y el conjunto resulta muy cuidado y agradable.

Pequeñas obras de arte en cada carta.

Acabando. Es un Eurogame hasta la médula. Tiene poco azar y mucho que pensar pero lo accesible de las reglas hace que se pueda jugar con fluidez (dependerá, como siempre, del Analysis Paralysis del grupo).
Seguramente ganarán los mejores planificadores pero todo el mundo pasará un buen rato. Recomendado.

Hasta la próxima.

domingo, 10 de mayo de 2015

Cafés para llevar

Hola a todos. Hoy os traigo uno de los problemas trascendentales de la sociedad moderna, la explosión de la oferta de los cafés para llevar que podéis encontrar en vuestro supermercado habitual. ¿Cuál escogemos?, ¿hay forma de optimizar calidad, cantidad y precio? Veamos.

Para empezar por el pricipio reconoceré que el primero que me encontré hace ya algunos años fue el de Kaiku.
Estuvo muy bien mientras no tuvo competencia en las estanterías, pero ha acabado por quedarse un poco flojo.
Te saca de un apuro si lo encuentras de oferta a 1 € , cosa que ocurre regularmente, pero por el precio estándar de 1, 25 € sale caro.
Eso sí, he de reconocer que el batido de chocolate de la marca está muy bueno.

En esta gama media, a precio similar, tenemos también el de Nescafé. Importante puntualizar que sabe mejor que el de Kaiku pero pondría un par de problemas, que resulta un tanto pequeño y que la leche me resulta un tanto pesada, como si fuera más grasa que la de sus congéneres.
Lo mismo que antes, si lo pillas por 1 € puedes aprovechar para echar papeletas para el sueldo de toda la vida de Nescafé.

Por otro lado tenemos el Starbucks, que es el más caro de todos (rondando los 1,7 € aprox.). Tiene variedades interesantes pero encuentro más interesante el nombre que el resultado. ¿Está la calidad a la altura del precio? Más tirando a no que sí. No es que esté mal, pero es caro.

En la gama de precio reducido tenemos (o teníamos, que el otro día no lo vi) una marca alemana que tienen en Carrefour que ahora no sé cómo se llama y que viene en brick. Antes tenían dos variedades pero creo que ahora sólo les quedaba capuccino.
No es el mejor, pero no desmerece respecto a los anteriores y sale mucho más económico.

Ahora llegamos al bueno. El Bellarom de Lidl sale por 0,89 € y te dan 330 ml, lo ue es un montón comparado con los anteriores. Esto, unido a que es uno de los cafés más logrados para mi gusto, lo hace la elección más adecuada y dentro de poco me nombrarán socio honorífico de la empresa.

Por último, aunque seguro que podéis encontrar muchas otras marcas en muchos otros sitios, un dato que viene a apoyar mi teoría de que el Bellarom es el bueno. Mercadona acaba de sacar su café de marca blanca fabricado por la mísma compañía que el de Lidl. El precio de lanzamiento es un poco inferior (0,75 € aunque veremos en cuánto se queda al final) pero también va un poco menos de cantidad. Por lo demás parece el mismo café.

En definitiva. Para mi el triunfador absoluto es el de Lidl, seguido por el nuevo de Mercadona, que es el mismo pero en formato más pequeño.
Del resto el alemán de Carrefour me pareció sorprendentemente potable comparando el precio con los que quedan.
Y entre Kaiku, Nescafé y Starbucks, dependerá de las ganas de probar una variante u otra y de las ofertas que estén en el momento.

Por suerte hay muchas variedades para satisfacer todos los gustos y seguro que podéis encontrar alguno que os convenza. A disfrutarlos.

Hasta la próxima.

viernes, 1 de mayo de 2015

Wordament

Sencillez máxima.

Hola a todos. Este es un pequeño homenaje al Wordament, un pequeño juego para el móvil (aunque también se puede jugar en W8) que sirve para un roto y para un descosido.

La mecánica, como sin duda ya conocéis, es extremadamente simple. Nos presentan una matriz de 4x4 letras con las que tenemos que formar todas las palabras posibles. Cuanto más largas y con letras más raras mejor.
Al acabar los dos minutos que dura la partida nos sale la clasificación, con la que nos podemos comparar (y picar) con nuestros rivales (y sin embargo amigos).

Dicho esto he de decir que en estas últimas semanas ha resultado un entretenimiento tremendamente práctico. ¿Hay que pasar días sentado en el hospital? Wordament. ¿Hay que hacer interminables colas para el papeleo? Wordament. ¿Son las tres de la mañana y el niño dice que si no es en brazos no se calla? No pasa nada, le puedes acunar con una mano y jugar al Wordament con la otra (aquí Discovery Max también ayuda un poco, aunque sea como ruido de fondo).

La gran fuerza del Wordament está en lo rápido y fácil que resulta, se puede jugar en cualquier momento y el ser competitivo le da un toque adictivo que hace que lleve unas 1500 partidas y no me haya cansado aún.

Total, que para ser un programilla gratuito da muy buen resultado y le debo muchas horas de entretenimiento.

Hasta la próxima.