jueves, 9 de octubre de 2014

El dragón del lago de fuego

"En la Edad Oscura
La magia era un arma
El amor era un misterio
La aventura estaba en todas partes...
y los dragones eran reales"

Hola de nuevo. Tras la estela de “Taron y el caldero mágico” me he lanzado a revisar uno de los clásicos de mi infancia, “El dragón del lago de fuego” (título original: “Dragonslayer”, o sea, “Matadragones”).
Se trata de una coproducción Disney/Paramount pero, como “Taron…” esta cinta resulta un poco más oscura de lo que esperamos al ver el sello del ratón.

¿De qué va esto? Un dragón es el azote del reino y, para mantenerlo apaciguado, se le ofrece cada seis meses el sacrificio de una doncella elegida por sorteo.
Un grupo de campesinos, comprensiblemente hartos del riesgo para sus hijas, acuden a contratar a uno de los últimos magos que quedan en el reino pero este digamos que queda indispuesto para la misión y es relevado por su aprendiz.
Esta es la historia de la titánica pugna entre Galen Bradwarden, aprendiz de hechicero, y Vermithrax Pejorative, dragón con muy mala uva.

Vermithrax en toda su gloria.

Como ya os he dicho lo primero que puede llamaros la atención es el tono ligeramente más oscuro que tiene la película, lo que la convierte en una historia más juvenil que infantil. Tenemos una cierta cantidad de violencia, gente ardiendo, dragoncillos devorando cadáveres con sorprendente detalle y unos fugaces desnudos.

Uno de los temas que no esperaba encontrar es la sustitución del paganismo por el cristianismo.
El paganismo viene representado por los hechiceros, la magia y el dragón, y el cristianismo viene a esta representado por unos oportunistas que se aprovechan del miedo de la gente para medrar pero que no aportan ninguna solución real.
A todo esto el rey viene a aparecer en un tono similar así que podemos considerar que la historia critica a los poderes tradicionales, que tratan más de cuidar de sí mismo que de sus súbditos.
En definitiva, el miedo y sus efectos es muy importante en el desarrollo de la historia.

Por lo demás tampoco es que os vayáis a encontrar muchísimas sorpresas en el desarrollo, al fin y al cabo es una historia de caballero contra el dragón, salvo que no hay ni brillante armadura ni doncella de porcelana. Todo es un poco más realista, más cercano y, para mí, más interesante.
Una de las supuestas sorpresas es que sale una mujer disfrazada de hombre, pero si alguien no la ha descubierto en menos de 5 segundos debería pagar la cena.

Además de dragones también encontraremos bonitos paisajes.

En el aspecto visual, los paisajes son muy bonitos (Gales y un poco de Escocia, creo) y los efectos son buenos para la época (nominados al Oscar) pero pueden resultar un tanto anticuados para los espectadores modernos, especialmente cuando aparecen figuras superpuestas en pantalla.
He de decir que Vermithrax me gusta. Me gusta ver que es un modelo físico y no un dragón por ordenador que no da ninguna impresión de solidez.
Me gusta cómo se juega con mostrarlo poco a poco, pero mantenerlo oculto la mayor parte del tiempo. Le da un cierto misterio que le viene muy bien.

En cuanto al ritmo, yo recordaba que se me hizo un poco larga allá en mis años mozos. Ahora también creo que es un poco lenta para lo que nos tienen acostumbrados, con planos de medio segundo y sobrecarga de acción, pero no me molestó. Es sólo otra forma de narrar las historias.
Si sois adrenalinofílicos momentos como la gran batalla final se os harán lentos, pero me parece que así era el cine de los 80. Paciencia, disfrutad de las imágenes y reflexionad sobre lo que están contando.

Nuestro protagonista no tiene mucho aspecto de héroe de leyenda. Yo creo que el peinado no ayuda.

Por último, un protagonista con algo más de carisma creo que le hubiera venido bien pero también es cierto que le da un toque un tanto antiheroico que encaja con el tono general de la película. Ya es cuestión de gustos.
Ah, y hay un momento donde la heroína que ha mantenido el tipo toda la película pierde los nervios sin venir muy bien a qué. Pequeños detalles que se podrían haber pulido.

En definitiva yo recomendaría la película a todo aficionado al género que no necesite ver un “20-hit combo” para disfrutar de una historia de magia y dragones.


Hasta la próxima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario