jueves, 25 de febrero de 2016

Zootrópolis

Cartel anunciador.
Hola a todos. El mes está resultando más bien feo y, además, nos están cambiando la instalación eléctrica, así que ni el ánimo ni los medios han sido los adecuados. No os preocupéis, que ya hemos vuelto.

Total, que ayer, después de mucho tiempo, ¡volvimos al cine! ¡Ni los más viejos del lugar...!
Vimos Zootrópolis, y os la comento brevemente para vuestra información y efectos oportunos.

Lo primero, como ya es habitual, es mandar un saludo a los traductores de títulos.
La peli, en original, se llama Zootopia.
Una utopía y una metrópolis no son lo mismo, así que no me explico por qué han cambiado el título, perdiendo entonces parte del mensaje.
En cuestión de inescrutabilidad, primero está la voluntad de Dios, pero justo después, las decisiones de los traductores.

Mandado el recado me centro un poco. La película es, como sin duda sabéis, la última de la factoría Disney y está ambientada en un mundo que hará las delicias de los más furries de entre vosotros.

Una joven coneja rural sueña con ser policía en la fabulosa Zootrópolis, donde todos los seres viven juntos en armonía y cualquiera puede ser lo que quiere ser si se esfuerza en ello (algo así como la utopía del sueño americano).
En este punto (cinco minutos de película) parece que la historia va a girar en torno a aquello de perseguir tus sueños y creer en ti mismo.
Error, a los diez minutos la señorita Hopps (Judy) ya es agente de policía de Zootrópolis, y se da cuenta de que ni el trabajo, ni la gente, son tan fantásticos como ella soñaba.

¿Se amilana? ¡No! ¿Se rinde? ¡No, que se acabaría la película enseguida! Lucha y lucha hasta que consigue que le asignen un caso de desaparición, para cuya investigación reclutará a Nick Wilde, un zorro, artista del timo, que hará de contradictoria pareja de nuestra idealista conejita.

Así pues, tenemos una buddie movie en toda regla, con la tensión inicial entre los dos polos opuestos que, evidentemente, acabará siendo el comienzo de una hermosa amistad.

Nuestros protagonistas.

Puestos en contexto seguro que os estáis preguntando si la película está bien. En mi opinión, mucho. Igual no es una obra maestra, pero es interesante, divertida y tiene mensaje.
"¡Cariño, coge a los niños, que nos vamos al cine!". Aquí es donde yo os diría: "¡Para los caballos, Messala!".
El caso es que me pareció una película más juvenil que infantil. Ojo, es Disney y, evidentemente, no le va a hacer daño a los más pequeños. Tiene animalitos que hablan y colores por doquier (la verdad es que es muy bonita de ver y la ciudad es muy imaginativa), pero también hay algo de acción y una persecución que igual da algo de mal rollo (os remito a la guía de la IMDB para más detalles) y además, y es esto es interesante, la historia no está dirigida a los más pequeños. 
Habla de los prejuicios, del racismo/xenofobia, y es conveniente tener en mente los recientes disturbios por cuestiones raciales en distintas ciudades estadounidenses (o incluso la situación religiosa actual, aunque no hagan mención de ningún tema religioso en la película y pueda ser más una asociación de ideas por mi parte), es conveniente haber visto El padrino, es conveniente tener edad de ver el potencial cómico de la maestra de yoga de una colonia nudista (y el consiguiente sonrojo de nuestra agente) o de reírse de la lentitud de la burocracia, y es conveniente, y nunca creí que diría eso hablando de Disney, saber lo que es Guantánamo.
Entonces le sacaréis todo el partido a la historia.
Sólo por poner otro ejemplo, no vi el personaje secundario dirigido especialmente al público infantil (llámese Olaf, Timón & Pumba, etc.).

Tranquilos, no es Chinatown, huelga decirlo, pero sí que sigue la línea de Disney de hacer historias menos ñoñas y más del siglo XXI.

La parte noir no es perfecta pero es perfectamente aceptable, la comedia funciona muy bien y el mensaje es claro, contundente y sorprendentemente maduro y actual. El conjunto me pareció muy bueno y os la recomiendo sin reservas.

Hasta la próxima, que esperemos que no tarde tanto.

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